sábado, 7 de abril de 2018

Consumo responsable.





El consumo responsable es un concepto que defiende que los seres humanos deben cambiar sus hábitos de consumo ajustándolos a sus necesidades reales y a las del planeta, y escogiendo opciones que favorezcan el medio ambiente y la igualdad social. 

Algunos de los puntos a tener en cuenta en el consumo responsable son: 


  1.  Considerar el impacto ambiental de los productos que compramos, valorando los procesos de producción, transporte, distribución, consumo y residuos que deja el producto.
  2. Determinar la huella ecológica que determinados estilos de vida y consumismo producen.
  3. Determinar empresas, productos y servicios, que respeten el medio ambiente y los derechos humanos.
  4.  Asegurar la calidad de lo comprado.

Un consumidor responsable como a una persona informada y consciente de sus hábitos de consumo. Además de conocer y exigir sus derechos como consumidor, busca la opción de consumo con el menor impacto negativo posible sobre el medio ambiente y con un efecto positivo en la sociedad. Esta manera responsable de consumir se traduce en muchos pequeños actos y decisiones diarias.


Razones para promover el consumo responsable:

  1.  Solidaridad y respeto hacia todas las personas implicadas en los procesos de producción de los productos o la prestación de servicios que disfrutamos.
  2. Proteger el medio ambiente y dejar a las generaciones venideras un entorno saludable.
  3. A través de un consumo responsable, podemos poner nuestro granito de arena para hacerlo realidad.
Otra acepción de consumo responsable o consumo crítico es aquel que implica consumir menos, eligiendo comprar solo lo necesario sin caer en la influencia de la publicidad en la creación de necesidades superfluas. Es decir, preguntarnos si realmente necesitamos aquello que compramos.


Existen ejemplos conocidos como el de la multinacional GAP, que a raíz de la publicación del famoso libro de Naomi Klein No Logo empezó a incorporar criterios de RSC. Y los continuos boicots a Nestlé por los test con animales o la introducción masiva de leche en polvo en países del tercer mundo han generado grandes problemas reputacionales a la compañía. Cada vez más empresas incluyen sus prácticas responsables en el etiquetado de sus productos o miden sus emisiones de CO2. ¿Estamos asistiendo al imperio del consumidor responsable?

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